Un tapiz de Enrique VIII

El gran paño perdido de la Casa Tudor

San Pablo quemando los Libros Paganos”
Un tapiz del Renacimiento encargado por Enrique VIII de Inglaterra.
Medidas: 340 x 550 cms

Para inaugurar este blog les queremos presentar este importante tapiz que hemos descubierto recientemente en España y que fue un encargo expreso del rey Enrique VIII para ser colgado en su palacio de Hampton Court.

En una visita a la casa del propietario del tapiz, Bentley (Bentley Angliss, socio de ABM Arte y Subastas) se dio cuenta al instante que estaba frente a una importante obra y partiendo de los estudios de Thomas Campbell, director del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, y en estrecha colaboración con investigadores del National Trust, llegó a la conclusión de que era un tapiz de Enrique VIII.

Dos factores fueron los que llevaron a Bentley a llevar sus investigaciones hacia Inglaterra y Enrique VIII:

Por un lado que el tapiz estaba ricamente tejido en hilos de oro, plata y seda, por lo que tenía que ser un encargo importante; y por otro lado estaba el tema representado en el tapiz: San Pablo quemando los Libros Paganos.

Los tapices enriquecidos con oro eran entre las piezas más preciadas del Renacimiento, y para el rey tenían la finalidad de deslumbrar a todos los visitantes de Hampton Court; eran el símbolo de su realeza y del poder de la dinastía Tudor. En la primera mitad del S.XVI, sólo se tejieron dos series de la Vida de San Pablo con hilos de oro y plata, y ambas fueron encargos reales: La del rey Francisco I de Francia (destruída durante la Revolución francesa para aprovechar la riqueza de los hilos) y la de Enrique VIII, a la que pertenece nuestro tapiz.

En cuanto al tema de San Pablo, Bentley sabía que estaba estrechamente relacionado con la ruptura de la iglesia anglicana con Roma. Las evidencias documentales encontradas, sugerían que este tapiz formaba parte de una serie de calidad excepcional encargada por el rey, que precisamente eligió el tema de la vida de San Pablo porque era especialmente atractiva para los protestantes, tanto por su actividad evangélica como por su énfasis en la comunicación directa con Dios, y sobre todo, ofrecía una alternativa a la supremacía de Pedro, es decir el Papa y la iglesia de Roma.

Este tapiz originalmente formaba parte de una serie de nueve tapices y se tejió en Bruselas h.1535, según los cartones de Peter Coecke van Aelst, maestro flamenco del Renacimiento.

Llegó a Inglaterra entre 1538 y 1539, para decorar Hampton Court. En el S.XVII-XVIII sirvió para la decoración de Windsor Castle, pero h.1820, bajo el reinado de Jorge IV, al reformarse los Apartamentos de Estado, se produce la dispersión de los tapices Tudor: el rey regalaría muchas piezas a familias relacionadas con la Corte, y así pensamos que llegaría a Drayton House (donde está descrito en su catálogo de 1939). En los años 70, quizás para pagar los altos impuestos sucesorios, fue vendido a un coleccionista español.

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